Las Películas Documentales.
Aproximaciones a la Realidad.

lunes, junio 30, 2008

Abierta la inscripción de películas para Punto de Vista 2009

El Festival de Cine Documental de Navarra, "Punto de Vista" abre la convocatoria para la presentación de películas a la Sección Oficial de la próxima edición, la quinta, que se celebrará del 13 al 21 de febrero de 2009. Las bases de esta convocatoria y el formulario de inscripción están disponibles a través de este enlace.

El concurso está abierto a la participación de películas documentales de cualquier nacionalidad realizadas con posterioridad al 1 de agosto de 2007. No se admiten películas de ficción, institucionales o publicitarias, ni reportajes o trabajos de naturaleza periodística. No existen limitaciones en cuanto a la temática, la duración, o el idioma original.

La fecha límite de inscripción de películas es el 30 de septiembre de 2008. La copia en dvd de la película inscrita deberá ser enviada a la oficina del festival (c/ Navarrería, 39. 31001 Pamplona, Navarra, España) antes del día 3 de octubre de 2008.

Cartel Oficial del Festival Punto de Vista 2009. c. Punto de Vista.

Los premios de la Sección Oficial que se contemplan son:

- Gran Premio Punto de Vista a la mejor película: 10.000 euros.
- Premio Jean Vigo al/a la mejor Director/a: 5.500 euros.
- Premio al mejor cortometraje: 3.500 euros.

Los Premios Especiales son:

- Premio Especial del Público a la mejor película, dotado con 2.500 euros.
- Menciones especiales: El Jurado podrá otorgar hasta dos menciones especiales, con una dotación económica de 1.250 euros cada una.

En el caso de concederse el Gran Premio Punto de Vista a un cortometraje, el Premio al mejor cortometraje no se otorgará, y se reservará su cuantía para que el Jurado pueda aumentar las de las menciones especiales, u otorgar nuevas.

"Punto de Vista" es un espacio para el descubrimiento y el análisis del cine que se agrupa genéricamente bajo el nombre de documental, y está organizado por el Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno de Navarra.

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martes, junio 24, 2008

La directora artística de Cinéma du Réel dice adiós

El Festival "Cinéma du Réel" lo hace público hoy:

"Queridos amigos:

Mi despacho como directora artística del 'Cinéma du Réel' ha cerrado el día 30 de abril. Estos últimos cuatros años y estas últimas cuatro ediciones del festival han sido ricos en encuentros, descubrimientos e ideas. Estoy en deuda con todos los que aceptaron confiarme sus películas y con quienes me dieron su apoyo y su presencia, sus palabras y pensamientos.
Les doy las gracias a todos calurosamente, y estoy deseando trabajar con ustedes de nuevo, para mostrar y compartir el cine que cuidamos".

Marie-Pierre Duhamel-Muller.


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lunes, junio 23, 2008

Joaquín Jordá en el recuerdo

Realicé este vídeo, con la ayuda de Paco Hidalgo, para la Gala de Inauguración de Documenta Madrid 2006. El Festival organizaba ese año una retrospectiva de la obra del director Joaquín Jordá. El montaje está hilado con fragmentos de una entrevista inédita, más algunos comentarios de sus películas. Sirva su recuperación en este blog como homenaje y recuerdo en el segundo aniversario de su fallecimiento.


Además, la Academia de Cine prepara unas proyecciones especiales esta semana. Para empezar, esta tarde, a las 19.00 horas, podrán ver su película póstuma, "Más allá del espejo". Mañana martes, a las 18.00 horas, "De niños", quizá una de sus películas más polémicas y al mismo tiempo menos exhibidas. El miércoles, a las 19.00 horas, se proyectará "Veinte años no es nada", la segunda parte de "Numax presenta". Y, para terminar, el jueves podrán ver, a las 18.30 horas, la película "No tiene sentido..., estar haciendo así, todo el rato, sin sentido", en la que la directora Alejandra Molina realiza un retrato de Joaquín Jordá. A continuación habrá un coloquio con Molina, con la guionista Elia Urquiza, y con el periodista Mirito Torreiro. Todas las actividades se celebrarán en la sede de la Academia de Cine en Madrid, en la calle Zurbano, número 3, y la entrada será libre y gratuita.

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domingo, junio 22, 2008

"Utopía 79"

Dicen que las utopías son algo del pasado, que los sueños de cambio, de los esfuerzos colectivos por conseguir un mundo mejor ya sólo se estudian en los libros de Historia, que no son algo que ocupe las mentes de la gente joven. Pero todavía hay quien, si no las hay, por lo menos las recuerda. Aunque se trate de hace ahora treinta años. Aunque fuera en Nicaragua y uno viva en Barcelona. Aunque en ese momento uno tuviera tan sólo diez años. Estamos hablando de Joan López Lloret: “Bueno, esto tiene su explicación, y es que en los años 70, en casa de mi madre, había bastante ambiente de extrema izquierda. Había mucha gente que había venido de Latinoamérica, de Chile, después del golpe de Pinochet, o de Argentina en el 76. Había siempre reuniones políticas. Y había unos compañeros de mi madre que decidieron irse a apoyar la revolución sandinista en Nicaragua, y en esta gente había una señora que es María Mas, que es muy amiga de mi madre, y realmente mía desde ese momento, y me explicaba las historias de Nicaragua, que había un sitio donde la gente estaba cambiando el mundo, y haciendo una justicia para la gente pobre. Una historia que fue como un cuento infantil, pero de verdad, sobre algo real. Y me quedó la ilusión sobre ese tema. En el año 93 me fui para allá con un amigo, hice un reportaje para la revista 'Ajoblanco', que un poco fue la excusa para hacer el viaje porque no me gusta viajar de turismo solamente, sino con un pretexto. Y me emocionó bastante ver el país, cómo era la gente. Ya había pasado el período revolucionario, pero... Y hace cuatro o cinco años me llegaron unos diarios personales de uno de estos tres compañeros que fueron allí, los diarios de Jordi Mena, uno de los tres ex internacionalistas españoles que fueron para allá, y con eso dije, bueno, voy a empezar a hacer una historia”.

Barcelona, en aquellos años, no es que fuera tampoco una balsa de aceite, ni mucho menos, y Joan López Lloret lo recuerda así: “Uno de los recuerdos que tengo, seguramente sería en el año 81, es del concierto de Bob Marley. Yo tenía doce años, y recuerdo que me llevó mi madre con sus colegas. Había una cantidad de humo impresionante. Yo no sé si he visto a tanta gente fumando después, así junta. Y era un ambiente muy, muy diferente, a lo que luego en los 80 vi como adolescente. Era algo que aún olía a 70. Y es un recuerdo muy fuerte que tengo de esa época”.

Imagen de Utopía 79. c. Frame Zero.

Utopía 79” es la película de Joan López Lloret que habla de la Nicaragua de aquel momento, del último sueño revolucionario, de los españoles que participaron en esa revolución. Salta desde Barcelona, para llegar a las imágenes de archivo de lo que ocurrió sobre el terreno, unido por unas sutilísimas recreaciones, que dan a la película un aspecto un poco mágico, onírico, de ensoñación.

Joan López Lloret: “Yo creo que lo importante era que había que explicar todo un período histórico que seguramente mucha gente no conoce, y sobre todo gente joven. Pero quería marcar muy claramente que estábamos hablando sobre el concepto de la ‘utopía’, y sobre las ilusiones de la gente en cambiar el mundo. Por eso fue la utilización de estas recreaciones, para indicar claramente, y llevar al espectador por el camino de que no es ni un documental histórico ni político, sino que es un documental, más bien, sobre las ilusiones humanas”.

Las ilusiones, las utopías, son en realidad el fondo también de las otras películas realizadas hasta el momento por Joan López Lloret. Su éxito, o al menos nosotros pensamos que lo fue, “
Hermanos Oligor”, trataba sobre dos hermanos que se encerraron en un sótano para construir una historia de amor con marionetas realizadas por ellos con material reciclado. “Sunday at Five”, “Domingo a las Cinco”, realizado para la televisión, habla también de una revolución utópica, la del proceso de paz en Irlanda del Norte. Y, como en “Hermanos Oligor”, en “Utopía 79”, la historia tiene un desarrollo metafórico que se puede organizar en capítulos. Lo cuenta el director:

Joan López Lloret: “La estructura de capítulos en principio en el proyecto de Nicaragua no estaba pensado, pero luego me fue viniendo muy claramente la idea de que lo quería hacer. En el último trabajo que realicé, sobre Irlanda del Norte, ya no utilicé eso. Pero en el caso de Nicaragua, necesitaba dividirlo porque hay saltos históricos. La película empieza en el año 74, realmente, no en el 79, y va hasta ahora, hasta la actualidad, pero no se va explicando todo. Así que me servía para ir ubicando al espectador en las diferentes situaciones. La primera parte se llama ‘El Sueño’, que es la parte de los años 70, con la guerrilla en la montaña preparada para cambiar el país y viviendo en una situación muy dura, comparándola con la situación aquí en España, en el año 74, que también estaba en una dictadura, y todo lo que produce, por parte de la gente, la llegada de la democracia, las ganas de que va a pasar algo extraordinario, y que finalmente no pasa, sino que es una democracia, como todas las europeas, que no tiene nada especial. Luego hay otra parte que se llama ‘El Momento’, que es el momento de la revolución, cuando llega la gente de España a Nicaragua y se unen a este momento álgido, cuando piensas que estás en el momento de cambiar las cosas, que estás tocando la utopía aunque no llegues. Y luego está la tercera parte que es ‘La Niebla’, que es el salto a la actualidad, la confusión, la confusión del mundo, tanto en Nicaragua como aquí, creo que se relacionan. Donde el consumo ha entrado, donde estas ideologías de los años 60 y 70 se quedaron un poco apartadas porque el consumismo de la gente hace que no puedan haber más sueños colectivos. Y luego está el ‘Epílogo’ de la película, que no lo voy a explicar porque es mejor que lo vea el espectador”.

Imagen de Utopía 79. c. Frame Zero.

En “Utopía 79” intervienen ex cooperantes, ex guerrilleros, periodistas que, a día de hoy, aún trabajan en la línea de proyectos de cooperación. Joan López Lloret: “Por una parte, había los tres cooperantes o internacionalistas españoles, dos de Barcelona y uno de Zaragoza, que los conocí a través del mundo de mi madre. Y el diario de uno de ellos explica un poco las aventuras de ellos tres en esos primeros meses de la revolución. Otra pata fue Walter Tauber, que es un periodista suizo que llegó a Barcelona en el año 74, y vivió todo el momento de la Transición aquí, y luego hemos trabajado juntos haciendo documentales, yo le hice de director de fotografía de algunos trabajos, y una vez estábamos en Vietnam, estábamos tomando un café, empezamos a hablar de Nicaragua, y de repente dice ‘bueno, yo estuve allí, escribí artículos, era corresponsal, y encima hice un par de entrevistas al dictador Somoza’. Fui a Ámsterdam, a buscar los artículos suyos que él había perdido, y con eso elaboré la otra parte. La tercera historia, con Omar Cabeza, el guerrillero, empieza porque él había escrito un libro, ‘La montaña es algo más que una inmensa estepa verde’, y la segunda parte, ‘Canción de amor para los hombres’, que es un icono de la revolución, incluso se enseñaba en las escuelas en los años 80, y es un diario de la guerrilla en la montaña. Conseguí el contacto a través de la gente de Nicaragua y también se apuntó a la historia. Y luego hay todos esos personajes que han ido saliendo, como Dora María Téllez, que por cierto está en huelga de hambre ahora, porque es el del partido MRS, el Movimiento de Renovación Sandinista, que es una escisión del año 95 del Frente Sandinista, y ha habido un problema judicial, porque está como sacándole representaciones al Partido, y está precisamente en huelga por eso. Es una persona increíble. Con 22 años había liderado el secuestro al Palacio Nacional de Nicaragua, que era el Congreso en ese momento, con 2.000 rehenes. Luego, con 24 años, estaba al mando de 800 hombres. Es una mujer increíble. Fueron saliendo todos esos personajes, y finalmente también el personaje de Camilo Mejía, hijo de Mejía Godoy, el cantautor nicaragüense, que estuvo en Irak con los marines, en los EE UU, que es como una paradoja también para el final del documental. Fuimos a Miami a conocerlo. Conozco a su hermano, que es músico, y a través de él llegamos y, bueno, es una red, que te metes y vas explorando”.

Y es que en esta revolución, como en otras luchas como la de los refugiados saharauis, las mujeres estaban en primera línea.
Joan López Lloret: “Sí, sí, esas tres que salen en el documental declarando ‘mi arma..., yo tenía una carabina..., ¿te acuerdas?

Fragmento de la película: -“Sí, a la compañera le decían ‘La Tigresa de la Carabina’, porque era bárbara con la carabina”. –“Después, cuando recuperamos las armas, agarré una M-16, y con ésta me siento más cómoda”. –“Yo combatí con una pistola de 9 milímetros”.

Joan López Lloret: “Eso está sacado de una película que se llama ‘Mujeres en Armas’, un documental que se hizo en Nicaragua en el año 80, y es brutal. Es la misma película donde sale Dora María con el balancín”. (Si están interesados en el papel que tuvieron las mujeres en la revolución nicaragüense, les recomendamos, además, la película "Nuestra América", dirigida por la suiza Kristina Konrad, que pueden ver completa en este enlace).

En “Utopía 79” se procede a la recuperación y lectura de los distintos diarios personales de los protagonistas.
Fragmento de la película: “En la gente hay hambre, repito, tenemos hambre, no apetito. Porque como dice René Viva, una cosa es tener apetito, y otra cosa es tener hambre. El hambre es la necesidad más vital del hombre. No es la vivienda, el techo. No es la salud o la educación. Es la comida. La alimentación. No es ni siquiera el sexo. El instinto más primitivo del hombre es comer. Yo te juro, que cuando andábamos mareados de hambre, me podían poner a la Raquel Welsh en su mejores tiempos, junto a un trocito de carne podrida, y yo no me hubiera tirado sobre la carne fresca de la Raquel Welsh, sino sobre el pedazo podrido de carne”.

Estos diarios, además de que el periodista suizo Walter Tauber sirva de hilo conductor de las distintas historias, le da a la película un cierto aire, si no de homenaje, sí de reivindicación del periodismo..., del buen periodismo, queremos decir.

Joan López Lloret: “Yo creo que el tipo de periodismo de otra época. No el periodismo de ahora. La manera del periodista explorador, el periodista que se presenta en un lugar por su propia iniciativa, y luego allí llama a revistas de Europa y ve que puede enviar artículos. No el corresponsal que lo tiene todo arreglado, sino el aventurero, que es Walter, que ha estado en un montón de países, en Brasil, en conflictos. Pero yo creo que ahora no te vas tan a lo loco como él podía viajar”.

Las imágenes de archivo de “Utopía 79” son bellísimas. La estética de la película no es “de guerrilla”, sino que busca la perfección de la imagen y de los sueños. Sorprende que las imágenes de una lucha, de una revolución, deleiten tanto a la vista.

Joan López Lloret: “Bueno, esto me sorprendió, sobre todo, con el stock de archivo del año 80 – 82, que es cuando los sandinistas llegan al poder, y al poco tiempo llegan los cubanos, y la gente de la Unión Soviética, que les llevan toda la idea de que hay que filmar todo eso, y la idea también de que, a través del cine, se puede llegar a la población para convencer sobre todas las ideas revolucionarias que son positivas para el pueblo. Y se crea el instituto
Incine, donde ruedan con película en blanco y negro, película soviética, 35 milímetros, y con unas cámaras que no tienen zoom, son unas cámaras de torretas que hacen que en la época en la que estaban más de moda los zooms, vuelvan a los años de atrás, al estilo Vertov de Rusia en los años 20 o 30. Y entonces tiene este estilo que parece de otra época, de algo muy anterior, y tiene una calidad increíble. Son esos dos años, sobre todo. Ese stock, cuando lo encontré, dije ‘esto es maravilloso’. Pero, por otra parte, está en bastante mal estado. Desde el año 90 hasta la actualidad, el archivo de Nicaragua no ha estado en una cámara frigorífica normal, sino que ha estado a temperatura tropical, y las películas están... Cada vez que metíamos una película en una moviola sufríamos bastante, porque no queríamos dañarla, y sólo tenían una copia, porque muchos archivos originales están en Cuba, ahí perdidos no sé dónde. Fue complicado, pero realmente... Por eso Nicaragua entró como país coproductor y esta película tiene la doble nacionalidad”.


En “Utopía 79”, el director Joan López Lloret nos muestra cómo había una cierta formación política, una formación para la revolución, a través del cine de ficción. Fragmento de la película: “El superhéroe, blanco, esbelto, combatiendo el mal que amenaza la sociedad de consumo. Su cualidad principal: El individualismo extremo. Por eso siempre triunfa ante lo imposible. Éste es el cine que nos impide apreciar la profunda lucha de clases en que vivimos. Mientras que reproduce a la vez, valores de una sociedad en decadencia”.

Películas como “Apocalypse Now” fueron cuestionadas porque, según decían de forma literal era “ambigua en lo comercial y oportunista en lo ideológico”. Algo que quizá hoy en día ha quedado algo relegado al cine documental.
Joan López Lloret: “Yo creo que en estos momentos el cine documental ocupa un lugar que es como la conciencia. La conciencia tiene mucha relación con el cine documental. Está ocupando un papel, seguramente, que en otras épocas podían ocupar charlas o incluso conversaciones de café, que se han perdido. Es un refugio, o son momentos, mientras la gente ve documentales, para que empiece a pensar sobre cosas. Más que un mensaje que dice la verdad, o que dice lo que está bien y lo que está mal, o que direcciona a la gente por un lugar, es un modo de abrir una reflexión, y eso es muy, muy importante, en este mundo donde no te das cuenta, y la vorágine ésta en la que vivimos nos hace perder cualquier sentido de las cosas”.

Y en una doble vuelta de tuerca entre realidad y ficción, el hijo y sobrino de dirigentes sandinistas, Ricardo Wheelock, es el técnico de sonido y el compositor de la banda sonora de esta película.
Joan López Lloret: “Pues mira, si te digo la verdad, al principio la banda sonora la tenía que hacer uno de los hijos de Carlos Mejía Godoy, no el de Irak, sino otro, que es el que yo conocía, Augusto. Y por cuestiones de agenda, y que cuando nosotros estábamos en la postproducción, él estaba en Nicaragua, y era muy complicado, pues Ricardo, que había salido en la película como personaje, y es músico, hizo la música y estoy muy contento de su trabajo, realmente”.

Joan López Lloret cuando se siente más a gusto es cuando puede hacer películas personales. No en vano, lleva los tres pilares de la creación de “Utopía 79”: La dirección, la fotografía, y el guión, en una forma de hacer que, en principio, no depende de uno, sino de cómo se vaya desarrollando la realidad.

Joan López Lloret: “Te voy a decir que, esta película, tiene un guión perfectamente estructurado. Había gente del medio, incluso coproductores, que habían visto el guión y dijeron ‘en un documental, nunca habíamos visto un guión tan exacto como esto, sólo faltan los diálogos para ser como un guión de ficción’. Y, realmente, si te enseñara el guión verías que es totalmente concreto. Luego hay algunas secuencias que se cambiaron o se eliminaron. Pero es increíble hasta dónde llegué, porque hice varios viajes a Nicaragua antes. Piensa que con los diarios personales tenía un texto, una base, como si fueran diálogos de ficción, y ya podía estructurar bastante. El guión no es nada improvisado. Tuve que elegir, porque en Nicaragua era rodar allí, quedar con la gente, y todo es más complicado que aquí. Incluso a la hora de buscar en los archivos, no podía llegar y decir ‘quiero todo’, sino que tenía que buscar exactamente lo que quería. A nivel de trabajo, una persona muy importante es Alba Mora, mi ayudante de dirección, que también hizo de documentalista en la película. Ella realizó la mayoría de las entrevistas. Otras las hizo Walter, ya que le utilicé de personaje-entrevistador, de hilo conductor. Yo llevo la cámara y me gusta guardar una distancia en las entrevistas con los protagonistas, y en un momento dado, si veo que la cosa no va bien o no interesa el camino por dónde va la entrevista, puedo cambiarlo. Cuando estás involucrado directamente en la conversación, a veces te enmarañas con el personaje y pierdes un poco la perspectiva”.

Han sido dos años, entre el principio del guión y el final del rodaje, de un viaje vital para el director. Joan López Lloret: “Bueno, para mí fue un proceso..., no sé. Cuando fui en el año 93 a Nicaragua tenía muy idealizada la revolución. Y me acuerdo que cuando entré con un amigo, en una barca desde Costa Rica, pues me emocioné, me emocioné con la gente y me pareció increíble. Sentí esta mitificación de la revolución de un lugar que es pobre, pero la gente tiene un orgullo tan grande. Y eso lo he seguido sintiendo ahora, pero he empezado a ver todos los prismas de la historia, y la complejidad de lo que es Nicaragua. No es fácil el país, pero eso es lo interesante. Es un poco como aquí en España en el año 36 y 37, en el principio de la Guerra Civil, cuando hubo también la revolución en Barcelona de los narcos. Son períodos en los que hay muchas líneas, muchos prismas para ver las cosas, son plurales, no es todo una opinión y una manera de hacer. Y es de lo que yo me di cuenta en Nicaragua, que habían habido diferentes ideas que se habían compartido, gente que se había enfrentado dentro del mismo grupo, y esa riqueza, también con una cierta dosis de realidad, te hace darte cuenta de que, en esencia fue, yo creo, increíble lo que pasó, pero también se ven las críticas del comportamiento humano que cae en lo mismo a veces”.

Fragmento de la película: “Me sabía las canciones... ‘El ejército del Ebro, rúmbala, rúmbala, rumbambá..., un día el río cruzó, ay, Carmela...’. Sabía las debilidades más importantes por las que había perdido la revolución de la Izquierda española. Eso yo me lo sabía. Y siempre ocupaba de ejemplo, ¿verdad? Cuidado no os pase lo de los españoles”.

“Utopía 79” no está anquilosada en el pasado, sino que da mucha importancia a los jóvenes, los que, educados en el período sandinista, se plantean lo que sería para ellos el paraíso.
Joan López Lloret: “¿El paraíso...? Pues..., el paraíso es un lugar que no conozco, pero que lo puedo oler... Yo te diría que es así”.

Un sueño, un paraíso, una película, que está dedicada al director
Joaquín Jordá. Joan López Lloret: “Bueno, a Joaquín lo conozco desde que era pequeño, era amigo de mi madre, de hecho estaba en el mismo grupo político que mi madre, igual que María Mas, una de las protagonistas de la película. Los tres se conocieron ahí. Entonces lo conozco mucho desde que era un niño. Y luego hay varias personas del equipo, como Alba Mora, la primera ayudante de dirección, Dea Pompa, que es de Paraguay, y que es la segunda ayudante de dirección, que de hecho tiene ahora un cortometraje que se llama “Restaurando a Héctor”, que tiene una relación con la película de Jordá, y que está muy bien, lo recomiendo si alguien lo puede ver por ahí. Y, ellas dos, por ejemplo, habían colaborado con Joaquín, y habían estudiado con él. Yo no fui alumno de Joaquín ni nada, pero en los últimos años nos volvimos a relacionar. Ninguna colaboración profesional ni nada, pero a veces iba a su casa. Por ejemplo, “Hermanos Oligor” la vimos los dos metidos en su cama, un domingo por la tarde, me acuerdo, y así de cachondeo. Y cuando estaba con el guión de Nicaragua se lo había enseñado, porque él no podía leer en las últimas épocas por su enfermedad, pero le había explicado la estructura y discutíamos. Él me decía ‘¡son dos películas!, ¡son dos películas!’. Y al final, bueno, justo coincidió con su muerte el finalizar la película y fue como una pequeña broma, el decir ‘bueno, pues ahora te la voy a dedicar, ya que discutías tanto’. Y, realmente, porque me hacía ilusión. Pero es una cosa más personal, ya te digo, que profesional”.

Recuerden el título de la película: “Utopía 79”, la utopía de Nicaragua, el último sueño revolucionario.

¿El último...?

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martes, junio 17, 2008

"La Hora del Documental" regala dos medias becas para un seminario impartido por Javier Corcuera, en el que se debatirá con otros realizadores

El programa de radio "La Hora del Documental", gracias a la Asociacion de Cine Documental, DOCMA, les regala dos medias becas para participar en el seminario que el director Javier Corcuera impartirá en la sede de la Academia de Cine (calle Zurbano, número 3, de Madrid), del día 30 de junio al 4 de julio, sobre "el proceso de creación de una película documental".

Logotipo de la Asociación Docma. c. Docma. El seminario se impartirá de 16:00 a 19:00 horas y, tras las clases, se proyectará una película. El jueves de esa semana, los directores de los cuatro filmes, Almudena Carracedo, autora de “Made in L.A.”, Gerardo Olivares, con “14 kms”, Isaki Lacuesta, con “La leyenda del tiempo”, y el propio Javier Corcuera, con “Invierno en Bagdad”, debatirán sobre “Las herramientas de la ficción y las herramientas del documental”. Pueden consultar toda la información en la página web adocma.blogspot.com. Y, como el seminario cuesta 200 euros, para conseguir las dos medias becas, sólo tienen que escribirnos un mensaje con sus datos a la dirección de correo electrónico: lahoradeldocumental@yahoo.es.

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viernes, junio 06, 2008

"El pollo, el pez, y el cangrejo real", y más...

El Festival de Cine de Tribeca nació en el año 2001 con la intención de sus fundadores, Robert De Niro, Jane Rosenthal, y Craig Hatkoff, de devolver el aliento económico y cultural a la zona donde fueron destruidas las Torres Gemelas, el World Trade Center de Nueva York. Es el área del Lower Manhattan, del suroeste de la isla, que recibe el nombre de Tribeca porque resulta del “TRIangle BElow CAnal”, el triángulo formado bajo la calle Canal, que es una de las referencias comerciales y gastronómicas de esta ciudad loca. Hasta aquí vino el equipo de “El pollo, el pez, y el cangrejo real”, para demostrar que, entre fogones, puede ocurrir cualquier cosa. Y ahora lo van a poder comprobar en sus televisores porque el programa de La2, “Versión española” va a emitir la película esta noche, a las 21.30 horas.


Las películas documentales basadas en concursos siempre tienen algo especial: La identificación con los concursantes, el no saber qué les va a pasar. “Spellbound”, la película norteamericana sobre el concurso infantil de deletreo de palabras, funcionaba tan bien precisamente por eso, no porque el deletreo sea algo que mantenga enganchado a la pantalla por sí mismo. “El pollo, el pez, y el cangrejo real”, de título más que caprichoso, posee esa energía, esa intriga de los concursos, pero relacionada, nada menos, que con la comida, con la alta cocina.

Lo cuenta el director, José Luis López-Linares: “A mí siempre me había interesado la cocina. Bueno, me interesa la cocina como aficionado a comer. Y también hace años había pensado hacer algo sobre un libro de Faustino Cordón que se llama ‘
Cocinar hizo al hombre’. Ahora ha vuelto a ponerse un poco de moda la teoría de que lo que nos diferencia fundamentalmente de los animales, lo que hizo que el hombre tuviera una ventaja evolutiva, fue el cocinar los alimentos, el comer caliente, el manipular los alimentos. Antonio Saura me llamó un día para proponerme hacer una película sobre un cocinero que se presentaba al Premio Bocuse. Él había ganado el concurso de Madrid y luego el nacional de gastronomía. Y a Antonio le surgió la idea de grabar todo el proceso, de hacer un documental explicando lo que es la alta cocina vista desde dentro”.

El chef Alberto Chicote informó al productor Antonio Saura (hijo, por cierto, del cineasta Carlos Saura), de que el cocinero Jesús Almagro iba a estar cuatro meses “entrenando” el plato para este concurso, y la idea, en efecto, les encantó. Pero tenían miedo de que grabar siempre en una cocina fuese demasiado aburrido, además de que la comida se cocina lentamente... El caso es que la realidad, una vez más, superó todas las expectativas, y demostró que una cocina es un lugar lleno de pasiones, de intrigas, de alegrías, de frustraciones.

José Luis López-Linares: “Tan es así que al final lo hemos acabado llamando un thriller gastronómico, porque la verdad es que lo que hemos descubierto en el mundo de la cocina y de los cocineros es que, bueno, ahora, aquí, hoy, están muy relajados y muy simpáticos. Pero había que verlos cuando Jesús sacaba el plato, que era de verdad para salir corriendo”.

Texto de la película: “-Tanto en el primero como en el segundo está una cosa muy parecida, porque entre el cuajo de hongos, y este pudding de aquí, me parece algo prácticamente igual. –Yo creo que hay un error importante aquí, que es que la piel no está dorada. –También me he dado cuenta de que los dos platos, a mi juicio, mira que yo soy así, han sido un ridículo”.

¿Y cómo se afronta una película documental sobre comida?, se preguntarán. Pues lo cuenta el director José Luis López-Linares: “Teníamos varios elementos. Un hombre metido dentro de un problema. Y muchos elementos extraños a él que modificaban la situación y su comportamiento. Y no sabíamos lo que iba a pasar. Por una parte es una película de intriga, por otra parte tiene algo de comedia, porque hay momentos en los que yo creo que es divertida, y luego también hay momentos trágicos, porque el personaje realmente lo pasa mal. Y vemos cómo cambia, que es la base de un guión, que un personaje empiece de una forma y se transforme en otra, que sufra una transformación durante la película. En esta caso, nuestro protagonista sufre una gran transformación. Es una persona distinta cuando empieza que cuando acaba”.

Imagen de El pollo, el pez, y el cangrejo real. c. Wanda Films y López-Li Films.

“El pollo, el pez, y el cangrejo real” del título de esta película no son un capricho, sino los ingredientes de primer nivel para elaborar, imaginen, un “taco de pez balder con guiso de cangreso real, costra de aceituna, milhoja de pimientos del piquillo, y boniato con trufa y salsa de Jerez". ¿Cómo se han quedado? Pues con la cara que se le queda a uno cuando algo, en apariencia sencillo, requiere horas y horas de estudio, de práctica, y de dedicación.

Jesús Almagro: “Que esté todo unido, temperaturas, texturas, eeeh..., dificultad, perfeccionamiento, limpieza, sabores, todo, que entre todo, que es lo que se busca, y es lo más difícil, claro. Lo que se pretende es que en cinco horas y media, aproveches todo el minuto, todos los minutos del tiempo para hacer un plato lo más sofisticado posible”.

José Luis López-Linares: “Cuando empezamos a rodar no sabíamos lo que iba a pasar, no sabíamos cómo iba a acabar, no sabíamos cómo le iba a ir en el concurso, en qué puesto iba a acabar, si lograría acabar, cómo iba a salir el plato. No lo sabíamos. El primer día fue una sorpresa. El primer día que preparó el plato ante el comité, en la reunión de personalidades gastronómicas, de grandes chefs, le salió fatal, las críticas fueron demoledoras, es decir, era un comienzo inesperado, parecía que el primer día iba a ir todo bien, que iba a ser positivo, y no. Y de ahí las cosas se fueron complicando. Jesús, como muy buen español, quizás, asume que la vida no es perfecta, pero en el concurso se le exige una perfección, entonces es una lucha con su tendencia natural, es un gran cocinero y ha trabajado con los mejores cocineros, pero este concurso lleva la perfección hasta extremos inverosímiles para un español. Quizá todas las profesiones, las carreras, en la cúspide, la gente que ha logrado lo máximo dentro de su profesión se parecen un poco, tienen cierta mentalidad de estrellas, de ser las estrellas. La ventaja que tenía Jesús es que es un hombre que no era una estrella, era un cocinero joven, que estaba empezando, y de repente se mete de verdad en un mundo lleno de grandes estrellas, el aprendiz de brujo, pero rodeado de los grandes brujos, estaba metido en la cueva de los grandes brujos. Y era también el que iba a defender el prestigio de la cocina española en Francia”.

El Bocuse D'Or, el premio gastronómico más prestigioso del mundo que se celebra cada dos años en Lyon, Francia, es el concurso que transforma a nuestro protagonista y que le enseña que tiene que preparar su mentalidad para ganar, que tiene que hacer, no lo que a él le gustaría, sino lo que le gusta al jurado, y prepararse con un entrenamiento propio de una competición olímpica. Su misión es la de conjugar las más originales, novedosas y elegantes formas de preparación y presentación de los tres ingredientes estipulados por la comisión del Bocuse: El fletán noruego, el pollo francés de Bresse, y el cangrejo real noruego. Tiene que preparar dos platos con estos ingredientes en apenas cinco horas, frente a un público de todo menos tranquilo, y en un entorno espectacular, ajeno, y hostil.

Jesús Almagro: “Yo..., he crecido, he crecido muchísimo. He crecido muchísimo como cocinero en este aspecto. Es decir, puntos como temperatura del plato, temperatura de la carne, o esas cosas, todavía inciden más y le prestan muchísima más atención. Porque al fin y al cabo, lo que he aprendido es que el día a día es un concurso, y hay que ganarlo. Día a día. De verdad”.

José Luis López-Linares: “Jesús es el protagonista ideal. Si hubiera hecho un casting no lo podría haber elegido mejor, porque Jesús tiene esa humildad, y esas ganas de trabajar. Y luego es un tipo genial, y todo lo que le pasa se le refleja en la cara de una forma directa, no intenta disimular nada, cuando estaba contento era capaz de transmitir y contagiar esa alegría, cuando estaba preocupado todos los que le veían se preocupaban con él, cuando lo está pasando mal, tú lo pasas mal. Es el actor ideal para esta película. La película está muy pegada a él, y a sus aventuras, a sus desventuras”.

El Festival de Berlín seleccionó el año pasado un premontaje de la primera parte de “El pollo, el pez, y el cangrejo real” para su sección de gastronomía. Tras seis meses de rodaje con tres cámaras y dos equipos de sonido, más ocho meses de montaje, la versión final de la película compitió en la sección oficial del Festival, en la Berlinale Especial. Y tras su estreno en las salas de cine, llega ahora a la televisión. Seguro que recordarán su título, y también que es algo más que un tratado de cocina, ya que no aprenderán a realizar una sola receta, pero se podrán identificar, como afirma el productor de la película, “con un hombre y su sueño, porque es una película sobre lo difícil que es hacer bien las cosas, sobre el trabajo que hay que poner para llegar hasta lo más alto, sobre los sueños, y sobre las decepciones. Un documental que, al mostrar como ninguno hasta ahora la complejidad de la alta cocina, nos enseña el lado humano de la gente, y nos hace reírnos y emocionarnos con los que la practican”.

Imagen de El pollo, el pez, y el cangrejo real. c. Wanda Films y López-Li Films.

Y ya que estamos hablando de José Luis López-Linares, aprovecho para enseñarles algunos fragmentos del encargo que el Museo del Prado realizó al director, al terminar con “El pollo...”, con motivo de la ampliación de las instalaciones de la Pinacoteca, y la inauguración de la exhibición de pinturas del siglo XIX. El documental, que saldrá pronto a la venta en dvd, lleva por título “El primer siglo del Prado”, los textos son de los "Episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós, y la voz no es otra que la del gran Fernando Fernán Gómez, que grabó estas locuciones poco antes de morir.





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miércoles, junio 04, 2008

Alan Berliner inaugura instalación sobre el Génesis en el Museo Judío de San Francisco

El cineasta Alan Berliner nos ha contado esto, poco antes de emprender su vuelo a la costa Oeste de los Estados Unidos:

"He estado muy liado en el trabajo de una nueva instalación de vídeo interactivo que exhibo en junio en el Museo Judío de Arte Contemporáneo de San Francisco: Siete monitores, siete ordenadores, montones de texto (¡es sobre la Biblia!), y muchas, muchas imágenes. Duro trabajo, pero también montones de diversión. Mi instalación se titula 'Playing God' ('Hacer el papel de Dios'), y es parte de una exhibición que se llama 'In the beginning: Artists respond to Genesis' ('En el principio: Los artistas responden al Génesis'). El miércoles 4 es la presentación a la prensa y empezará todo".

Alan Berliner es neoyorquino y, si han estado en esa ciudad dejando respirar la tarjeta de crédito, puede que se hayan percatado de que en Manhattan hay casi más iglesias que cajeros. Iglesias magestuosas, irreverentemente hermosas, asociadas a todas las religiones posibles, e incluso a las inimaginables. Si existe algo hoy en día, extenso y latente, que despierte más pasiones que leer conjeturas sobre Barack Obama, nos tememos que no es el sexo lo que ocupa el primer puesto de transgresión, sino la religión.

En "In the beginning..." se explora la influencia y relevancia a día de hoy de la historia de la creación, del origen del universo, contado en el capítulo I del Génesis. Para ello, se ha solicitado el trabajo de siete artistas contemporáneos. Además de Alan Berliner colaboran Trenton Doyle Hancock, Ben Rubin, Matthew Ritchie, Kay Rosen, Shirley Shor y Mierle Laderman Ukeles. Los vídeos se utilizan para reexaminar, reinterpretar y añadir nuevos comentarios a los textos, vistos desde los distintos puntos de vista de un mundo en continuo cambio. Las instalaciones se mostrarán al público desde el día 8 de junio hasta el 4 de enero del año 2009. Y, para que se hagan una idea más aproximada de la aportación de Alan Berliner, les adelantamos que consta de una máquina tragaperras de gran escala con siete pantallas en las que se ven una gama de imágenes y sonidos de archivo. Con este artefacto se invita a los visitantes a desempeñar el papel de dioses al proponerles que se cuestionen el nivel de capacidad de decisión que cada uno tiene respecto a sus propias vidas. Dicho esto, les dejamos con otras declaraciones del director, y con algunas de sus obras relacionadas con el vídeoarte y los museos.




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domingo, junio 01, 2008

Conversaciones para una película documental: Willard Van Dyke y Joris Ivens

Willard Van Dyke fue director del Departamento de Cine del Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York, MoMA, desde noviembre del año 1965 a enero de 1974. En esta etapa, guió la transición de la Biblioteca Cinematográfica, que transformó en un Área de Comisariado del Cine para el museo, de la mayor envergadura. Van Dyke creía que el género documental era algo más que el mero registro de acontecimientos. Él entendía el cine de no ficción como la mayor fórmula de expresión audiovisual artística, la manifestación de la poesía cuando ésta se instala en las ideas. Siempre estuvo interesado en el arte, no en la producción industrial de películas, y leía y reflexionaba sobre todo lo que caía en sus manos. Por eso, aceptó sin pensarlo dos veces su puesto en el MoMA, y se sintió poderoso y afortunado al hacer exactamente lo que quería hacer.

En “
Conversaciones con Willard Van Dyke”, este fotógrafo que cambió California por Nueva York en 1935, cuenta en primera persona que tuvo su primera cámara a los 12 años, y que ésta fue su primer amor. En 1938 obtuvo su primer trabajo como operador de cámara en “The river”, que ganó el premio al mejor documental en el Festival de Venecia, y que trataba sobre la importancia del Mississippi en los Estados Unidos. Su segundo cortometraje como director, “The City”, obtuvo en 1939 un premio del National Film Preservation Board. Para “The New York Times” era la primera vez que un documental unía mensaje más entretenimiento. Para Van Dyke, “The City” es la película “más suya”, y es posible que hayan podido ver una de sus secuencias más conocidas, la de la producción en grandes cantidades de contundentes desayunos, tras la aparición de unos chicos pobres vagabundeando en una barriada.



Pero Van Dyke también destaca otra película de su filmografía como la más interesante. Se trata de “Valley Town”, de un año después, en la que examina los efectos de la automatización de la industria: “No son actores, son hombres y mujeres de un pequeño pueblo norteamericano”, dice Van Dyke con la emoción habitual en él cuando habla de fotografía y de cine documental.




De 1943 a 1943, Van Dyke fue productor cinematográfico para la Oficina de Información de Guerra. Después vendrían películas como “The photographer”, para la Agencia de Información de los Estados Unidos; “There is a Season”, para la Compañía Ford; o “Rice”, para la Fundación Rockefeller. Van Dyke, sin embargo, siempre ha querido dejar claros los porqués de esta vinculación: “Hago películas de propaganda, sí, pero como crítica, porque odio a los nazis. Por eso acepto encargos gubernamentales, para utilizar su técnica con mi punto de vista. Y muestro aspectos de la vida americana que no son, necesariamente, los más representativos”. Pueden ver un ejemplo en este enlace de “El de los Cabos Blancos”, que Van Dyke realizó en castellano en 1955 como encargo del Departamento de Educación Pública de Puerto Rico.

"Conversaciones con Willard Van Dyke" es una de esas películas "difíciles de encontrar", y de ahí que quiera compartir su descubrimiento. La directora Amalie R. Rothschild la realizó en el año 1981, con agradecimientos a, entre otros, uno de los referentes del llamado "cine directo", D.A. Pennebaker, y al actual comisario del Departamento de Cine del MoMA, Charles Silver. Captó un encuentro entre dos cineastas que, al conocerse en América, se hicieron directamente amigos. Van Dyke y Joris Ivens hablan en esta película de cómo ven y entienden el cine documental, de la tradición en Rusia de Dziga Vertov, de René Clair en Francia, y del foco creativo de Nueva York en los Estados Unidos, tras la estela de Robert Flaherty. Y es que, para Van Dyke, una de las obras maestras que más admira es, nada menos, que “The Spanish Earth”, “La Tierra Española”, de Joris Ivens, con guión de John Dos Passos y Ernest Hemingway, que también cedió su voz: A los hombres curtidos por el sol de Fuentedueña, a lo que amasaban pan, a los que trabajaban con el burro, y a las mujeres que lavaban la ropa. A los que trabajaban con la azada mientras se escuchaban cañonazos a lo lejos y llegaban tortillas de patata y cebolla desde Madrid. “El hombre que está frente a la cámara fue detenido y murió”, comenta para su bien entender e información. Los niños, como Julián, describían por carta a sus padres los ataques y emboscadas. La estatua de La Cibeles estaba tomada por los soldados y rodeada de sacos de arena. El Palacio Real estaba destruido y los peones retiraban los escombros. Los periodistas extranjeros se sumaban a la causa republicana. Pueden comprobarlo en este enlace, en el que verán "The Spanish Earth", completa y gratuita. El océano Atlántico no separaba tanto...

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